Ha sido
considerada por muchas revistas especializadas y expertos en la materia como la
torre más ecológica del mundo. En un país azotado por la contaminación, la
Pearl River Tower, en la provincia de Guangzhou, China, se convierte en un
referente de la nación asiática en materia sustentable.
Como amante de
las grandes obras arquitectónicas y del medio ambiente debo decir de la Pearl
River, no sólo llama la atención con sus 71 pisos vanguardistas que se elevan
310 metros y no cumplen con las formas de los rascacielos convencionales, sino
que es de las pocas construcciones en el mundo con la característica de “cero
energía artificial” (ZEB, por sus siglas en ingles).
Lo que esto
quiere decir y que quizá no sea tan conocido, por las pocas construcciones de
este tipo en el mundo, que son sistemas de energía de primer nivel que poseen
paneles capaces de procesar varias energías naturales, desde solar, eólica o
geotérmica y cubrir las necesidades de cada piso en un cien por ciento.
Una palabra,
además de bello podría definir a esta obra, “sustentabilidad”, tener un sistema
ZEB no es cosa fácil por la planeación, desarrollo y esfuerzo que se requiere,
menos lo es tener una obra a gran escala con estas características, por lo
general se pensaba para edificios pequeños, por lo que la “Pearl River” ha roto
paradigmas en cuestión de sustentabilidad.
Adrian D. Smith
y Gordon Gill, arquitectos norteamericanos fueron los encargados de llevar a la
realidad este sueño que empezó en 2006 y finalizó en el 2011 con su inauguración.
Sin duda una
torre vanguardista, ligera en materiales de construcción, pero tan inteligente
que funciona gracias a lo que la naturaleza provee, sin duda un nuevo paradigma
en lo que a construcciones sustentables se refiere.
Abraham Cababie
Daniel.
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