jueves, 19 de enero de 2017

LAS CÚPULAS DEL TAJ MAHAL

Considerada alguna vez como una de las siete maravillas del mundo aún hoy sigue siendo, sin duda alguna, a pesar de los años y de los edificios modernos que ahora se erigen por todo el orbe, una obra representativa de belleza arquitectónica que seguirá trascendiendo con el pasar de los años.




No puedo hablar de otra construcción que no sea el Taj Mahal, pues aquellos que han tenido el privilegio de contemplarlo ―e incluso los que no lo han hecho―, se deslumbran de inmediato con sus cúpulas fantásticas donde descansa una bella historia, motivo principal de su monumental edificación.
 
Se cuenta que Sha Jahan, gobernador mongol de la India en el lejano año de 1612, contrajo matrimonio con Mumtaz Mahal, una doncella de sangre real. Al morir su amada 20 años después de contraer nupcias, fue tal la pena del gobernador que mandó a construir el Taj Mahal como un homenaje póstumo a su idilio, un monumento que simbolizara la devoción que tuvo por ella y que fuera un recordatorio permanente de la presencia de su esposa en su vida, y así fue que surgió el mausoleo más soberbio del que se tenga memoria.

De esta forma, y después de dos décadas de trabajos forzados, se edificó lo que a la postre se convertiría en una de las maravillas del mundo realizadas por las manos del hombre. Como dato curioso puedo decir que los planos de su construcción fueron diseñados por un consejo de arquitectos procedentes de India, Persia y Asia central, pero ninguno de ellos lograba satisfacer las demandas del líder mongol quien encabezó y supervisó de forma general los trabajos, y que posteriormente mandó a cortar los brazos de los obreros que hicieron posible este sueño de mármol para que nunca se erigiera otro igual. Sobre tal punto dicen los libros de historia que en su levantamiento, y durante los 22 años que duró el proceso, participaron más de 20 mil trabajadores.

Uno de los aspectos más sobresalientes, además de sus cúpulas de mármol, es su jardín alineado de forma perfecta. Vale la pena recordar que en ese entonces la importancia por la exactitud de las proporciones era vital y por ello es que su disposición, de norte a sur, posee un rectángulo perfecto cuyo eje principal se extiende desde la puerta de entrada hasta la tumba de Mahal. Este elemento aumenta la perfección arquitectónica del lugar y su principal intensión era emular a los mitológicos Campos Elíseos donde las almas de las personas virtuosas han de pasar una eternidad paradisiaca bajo el sol, en medio de paisajes verdes siempre floridos y por el cual, según el emperador, debió haber deambulado su amada en el tránsito a la otra vida.

Se cuenta que Sha Jahan culminó sus días encarcelado por uno de sus hijos quien le concedió la gracia de una sola ventana en su celda desde donde podía observar las cúpulas del legado que, sin pensarlo, heredó a la humanidad y que aún hoy se conserva de pie, por eso es que desde su encierro hasta el final de su vida no dejó de admirar el monumento de su desmedida pasión, de ahí que la única modificación ostensible consistiera en que al morir, Sha Jahan fue enterrado junto a su esposa propiciando la única ruptura de la perfecta simetría que guarda en su estructura el inigualable Taj Mahal.


Abraham Cababie Daniel

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